Por Norma Flores Hernández (11 de mayo de 2020) El lupus es una enfermedad autoinmune que ataca los tejidos y órganos
internos de la persona que lo padece. Al hacerlo, provoca inflamaciones graves
(ése es mi caso, que se ha derivado en que aparezca en mi cuerpo la artritis
reumatoide); las cuales pueden dañar distintas partes del cuerpo como articulaciones,
cerebro, corazón, pulmones piel y otros órganos. Las anteriores son parte de
las afectaciones que puede haber, pero hay otro lado que siempre se presentará
en personas con diagnóstico de lupus: la depresión.
¿Las causas? En la mayoría de los casos, la aparición del lupus es
desconocida; pero -en su momento- mi doctor me dijo que científicamente se
conocen tres causas principales por las que puede aparecer: luz solar, infecciones,
medicamentos. En son de broma me dijo: “En otras palabras: te sacaste la rifa
del tigre. A partir de hoy te tienes que cuidar”.
Pero, ¿qué pasa cuando aparece un elemento externo, nuevo, ajeno a toda
tu vida cotidiana, fuera de tu rutina, y que te pone bajo la sombra de lobo*? ¿Qué
pasa cuando aparece una enfermedad nueva, en donde dicen que los más propensos
a ella son los enfermos autoinmunes, las personas mayores, los hipertensos, los
portadores de VIH y los artríticos? ¿Qué pasa si no te puedes esconder ni física
ni emocionalmente en una capsula de cristal? ¿Qué pasa si siempre te han dicho
que tienes que estar tranquila, sin estrés, en calma y -de pronto- amanece un
día y te tienes que recluir en tu casa, dejando trabajo y actividades extras? ¿Qué
pasa cuando vives los problemas cotidianos de los que tú -normalmente- estas
ajena?
Desgraciadamente, todo eso que te recomendaron se queda atrás. En las
noches no puedes alcanzar esa tranquilidad para dormir, tu estrés aumenta y no
tienes posibilidad de alcanzar la calma tan recomendada.
Nada, no pasa nada, solamente lloras por las noches. Tus oraciones
aumentan, pidiendo que no te enfermes, orando porque no venga un brote de la
enfermedad que permitan que el lobo* te haga su presa, que no vayas a ir a
parar al hospital porque seguramente ya no regresarás.
Te sabes acompañada todo el tiempo de los seres que te quieren y a los
que tú quieres… sólo que hay alguien más: esa sombra que se hace más cercana en
este tiempo y que ojalá se vaya y se vaya pronto.
*LUPUS.- Del latín: LOBO.
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