FOTOGRAFÍA MORTUORIA, UNA PUERTA AL PASADO DE SANTA CRUZ TLAXCALA

Zurya Escamilla Díaz (Tlaxcala, Tlax., 30 de octubre de 2017) Una singular exposición fotográfica fue montada este domingo en el Santa Cruz Tlaxcala por el cronista municipal, Víctor Manuel Rocha Gheno.

Singular porque consta de 28 fotografías antiguas que retrataron funerales, cuerpos, ataúdes, misas fúnebres y algunos otros aspectos relacionados con la muerte.

Las imágenes corresponden al periodo comprendido entre "finales del siglo XIX hasta la década de 1970", refiere el cronista. Todas ellas fueron recopiladas "con gente que ya no quería tenerlas por el mismo tan delicado, muy fuerte, o que pensaban que debía tener otro destino".

Algunas corresponden al acervo de la familia del cronista, en particular de su abuelo Rafael Gheno que retrató tanto a sus hijos como a sus sobrinos muertos. Otras más eran de la señora Panchita Díaz, quien ya no deseaba conservar ese tipo de recuerdos.

"Para mucha gente sí les causa consternación el hecho de ver a una mamá cargando a su hijo muerto. Para algunos no tendría nada que hacer esta exposición", comentó.

Sin embargo, destaca que estos archivos son un legado que permite conocer el  sentido cultural, histórico, antropológico; los usos y costumbres, las creencias, así como el nivel socioeconómico de quienes aparecen en las imágenes.

Asimismo refiere que la costumbre de fotografiar a los muertos o las ceremonias fúnebres tiene influencia europea y se adopta con la llegada de la fotografía a México, a mediados del siglo XIX.

No obstante, Víctor Rocha Gheno destaca que forma una amalgama con la herencia prehispánica de honrar a los muertos; en este caso al conservar una imagen -en muchos casos la única- de los personas que fallecían.

Entre las fotografías que componen esta exposición, destaca la de un hombre agonizante, "esta fotografía es del año 1912. Se trata del señor Alberto Cid, a él lo asesinan porque lo confunden con su hermano Camilo."

En ella es posible apreciar a Camilo que sostiene la mano de su hermano a punto de morir; mientras que Teresa Ortiz -abuela del cronista- sostiene un crucifijo mientras mira a la cámara.

Finalmente, Rocha Gheno menciona que estas fotografías son una puerta al pasado de Santa Cruz Tlaxcala; debido a que en ellas es posible apreciar cambios en la arquitectura -como la parroquia que aún no contaba con su reloj- y recordar incluso tanto a párrocos como a vecinos del municipio.