- En 2024, en el Hospital Regional de Tzompantepec se llevaron a cabo nueve trasplantes renales
Zurya Escamilla Díaz | Tlaxcala | 1 de febrero de 2025
Poco más de 10 años, la familia Pérez Pérez esperó la oportunidad para recuperar la salud de Paul, quien en plena adolescencia supo que nació con un riñón más pequeño que impedía a su organismo absorber los nutrientes y desechar las toxinas. El momento llegó hace apenas una semana cuando tras dos años de estudios clínicos por fin pudo recibir un nuevo órgano donado por Elvira, su mamá.
"En el momento en que me dijeron que podría ser este trasplantado, yo no dudé ni un minuto en decir, 'Yo voy a a donarle'. Yo quiero meterme al protocolo, que me hagan todos los estudios para que vea si soy compatible, yo le quiero donar a mi hijo. Gracias a Dios fui compatible y se logró lo que tanto deseábamos que era el trasplante", comenta la mamá de Paul, sentada junto a su esposo en un consultorio de la Unidad de Cirugía de Mínima Invasión de la Secretaría de Salud (SESA).
Cerca de dos años tomó completar todos los estudios clínicos al joven de 29 años, originario de Totolac, para saber si era candidato a recibir un riñón en donación a través del programa de la SESA que da a los pacientes seguimiento a través de un Protocolo para Trasplante Renal.
"Nosotros no hicimos ninguna aportación, todo fue con el gran apoyo del gobierno", comenta Rubén, papá de Paul y esposo de Elvira; quien también detalla que la operación se llevó a cabo en el Hospital Regional de Tzompantepec el pasado 21 de enero.
Como la familia Pérez Ramírez, en 2024 nueve más recuperaron la esperanza de que uno de sus integrantes mejorara su salud a través de la donación de un riñón. En ocho de estos casos, el donador fue un familiar compatible y solo en uno, el trasplante fue resultado de una donación cadavérica.
"A los 18 años empezó con una situación. Hicimos estudios del hígado y nos dimos cuenta que tenía un problema renal. Nos comentaron los médicos que este problema renal es nacimiento, él nació con un riñón más pequeño y uno más grande; pero esta situación se complicó más cuando estalló el Covid", recuerda el padre de familia. Detrás de la pareja, se observa una fotografía de las hojas verdes de un árbol que rompe con lo intimidante del equipo médico que les rodea.
Las dificultades para atender a Paul durante la pandemia derivaron en que tuviera que someterse a hemodiálisis para eliminar esas toxinas que su cuerpo no podría procesar; pero fue hasta que en 2022 conocieron del Programa de Protocolo de Trasplante Renal en el Hospital de Tzompantepec y de la oportunidad que eso representaba para recuperar la salud.
"El camino es muy sinuoso, muy desgastante. Todo el proceso de estudios lleva a trasladarse de un lugar a otro, pero gracias a Dios valió la pena para lograr el objetivo", comenta Rubén.
Por esta razón, ahora se dice agradecido con la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, el secretario de salud, el director del personal y todo el personal de nefrólogos, médicos en distintas especialidades, químicos, psicólogos y de enfermería que hacen posible que familias como la suya puedan acceder a un trasplante.
Elvira recibió el alta médica el 27 de enero, dos días antes que Paul, y a pocos días de la intervención asegura que se siente bien y contenta de que el trasplante haya sido un éxito, de tener a su hijo en casa sin ninguna complicación después del escenario complejo que su familia enfrentó al saber que ya no le funcionaban sus riñones.
"Para un madre, un padre, no es fácil ver a un hijo enfermo. Nosotros queremos ver a nuestros hijos bien y fue difícil enterarnos de la enfermedad de nuestro hijo", resalta.
La entrevista es a la mamá y el papá de Paul porque, dada la reciente cirugía, él debe permanecer aislado en su habitación; donde todos los días Rubén, el único que tiene contacto con él, le lleva la comida y limpia a conciencia los espacios para evitar complicaciones.
"El nutriólogo nos comentó que debe llevar un proceso de adaptación en la alimentación que lleva. Debe ser libre de grasas; entonces es pollo, verduras definidas para que no tenga problemas. [...] Tenemos los medicamentos que ellos nos dieron para que él fuera mejorando y el riñón tenga la aceptación correspondiente con su cuerpo", agrega Elvira.
Con la experiencia de tener un hijo con una enfermedad renal, Rubén y Elvira reconocen la importancia de que existan programas como el Protocolo de Trasplante que lleva el gobierno estatal, pero también de la donación de órganos tanto en vida como después de la muerte para asegurar una mejor calidad de vida a pacientes que como Paul han recobrado la esperanza de un futuro.
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