(Abril 2020) Soy Ale y tengo 11 años, y un día por la mañana, escuché en mi salón que un compañero vio en su celular noticias sobre el coronavirus, pero que no estaba segura de que fuera real, y cuando nos contó, algunos pensábamos que era una broma, pero luego en casa me dijeron que era real.
En ese momento sentí
que había posibilidades de que me pasara (que me contagiara de
coronavirus) y mi familia me dijo que
necesitábamos cuidarnos, pensé entonces que yo necesitaba cuidarme para no
contagiarme, luego me di cuenta que la gente no se cuidaba, mientras en mi casa
se tomaban las medidas y cuando llegó el primer caso de Covid-19 a Tlaxcala,
dije “ si las personas hubieran sido más responsables, no hubiera llegado a
nuestro estado el virus, que si las personas con los síntomas se hubieran
quedado en su casa, no habrían contagiado a más, pero como a la gente no le
importa lo que difunden en la tele o en internet, pues salen a la calle y no
les importa si se contagian o contagian a alguien más.
Me doy cuenta de que no
saben tomar las cosas en serio, hasta llegue a pensar que, tal vez a los
adultos están acostumbrados a no tomar medidas preventivas o que esperan a que
cuando les pasa ellos, es cuando creen que debemos ser responsables “.
Ahora que no voy a la
escuela, estoy con mi familia, tengo más tiempo libre para hacer lo que quiera,
como leer lo que me interesa, platicar o jugar más tiempo, pero es extraño no
tener cerca a amigos para reírme por lo que cuentan, o escuchar sus historias
de lo que les pasa y estar juntos. Hasta extraño el olor de mi salón, a mi
maestra, pienso que mis compañeros están viviendo igual que yo, pero luego
recuerdo que hay quienes están viviendo diferente a mí, que puede ser que no estén tomando medidas por el
Covid-19, que están haciendo su vida normal, porque su forma de vida conforme a
lo que platico con mis compañeras en las escuelas es diferente, y si antes que
todo era “normal” no les hacían caso en su casa, incluso los dejaban irse con
sus amigos o solos de regreso de la escuela, o se salían de su casa cuando sus
padre o madre se iban a trabajar, y si ahora siguen trabajando, entonces siguen
saliéndose igual.
“Tengo compañeros que
viven con su padre, madre y hermanos y me platicaban que viven como si fuera la
época de mi abuelita, donde los padres les ordenan a los hijos para hacer cosas
y que las deben hacer rápido y, si no, les pegan. Tampoco tienen celular, pero
sus hermanos mayores sí y que cuando le pegan a mi compañera, la defienden sus
hermanos mayores, aunque a ellos también les pegan, pero ya no tanto porque ya
son más grandes.
Yo creo que hay quienes la están pasando mal
porque algunos estén desempleados y
ahora no tienen dinero para comer, pero es más feo cuando corres peligro en
casa, por la violencia o cuando no ponen
atención los adultos a las niñas o niños porque ahora se puede pasar más tiempo
para estar en celulares con internet, y
muchos se meten a las redes sociales con el pretexto de estar estudiando, y puede ser que se estén contactando a otras
personas que no conocen o que al descargar
juegos te envíen links y puede ser un trampa o en Facebook que te envíen
solicitud de amistad de desconocidos. También por chats en Whatsapp, pues en
los grupos luego agregan a contactos que no conocemos y no sabemos quién se
entera de nuestras cosas o cuando se suben o envían fotografías.
También puede ser
peligroso, y más cuando en la familia no saben cómo usar la tecnología o no
sepan que hacer si les pasa algo, si a mí me pasara le diría a mi padre/madre o
un familiar, para que me ayuden, pero a veces hay quienes prefieren decirles a
sus amigos o hermanos mayores, y después a su padre o madre, porque si les
dicen antes les da miedo que les regañe.
“No he tenido contacto
con mi maestra desde la suspensión hasta hace apenas unos días, pues antes sólo
envió actividades al grupo de WhatsApp que tienen con los padres y madres de
familia, cada uno está haciendo sus actividades, y en el grupo de whats de mis
amigas a veces nos preguntamos sobre cómo hacer la actividad y nos enviamos
foto de cómo lo hacemos, pero no es igual que estudiar en la escuela.
Ahora que las clases
serán virtuales, dice la maestra, imagino que estaré presionada, pues no tendré
tanto tiempo libre para hacer lo que me gusta y tendré que concentrarme en
estar estudiando y pendiente de las horas para las llamadas, entrar a
plataforma y en la televisión, lo que si no me gustaría, es que las clases ya
sean virtuales de manera permanente, porque perdería el contacto con mis amigos
y amigas, nos veríamos menos, tal vez la amistad sería diferente, no habría diversión.”
Las niñas y los niños no
tendríamos que preocuparnos por contagiar a alguien, al contrario, todos
tendrían que preocuparse por no contagiarnos, pues a nuestra edad, las tareas
que hay que hacer en la cuarentena son colaborar en casa, realizar las
actividades escolares para no atrasarnos y concentrarnos en aprender, para
entender por qué está pasando todo esto del coronavirus, estar seguras/os en la
casa, tener paciencia y aprovechar el tiempo que pronto regresaremos a la
escuela.

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