Zurya Escamilla Díaz (Tlaxcala, 27 de marzo de 2022) La estrategia de seguridad pública debe partir del orden local donde se concentra el 95 por ciento de los delitos que ocurren en el país, consideró Leopoldo Rodríguez Aranda, director de GESEC S.C. durante la presentación de la conferencia "El paradigma de seguridad pública en México".
"La política de seguridad siempre se ha construido de arriba hacia abajo, cuando lo que deberíamos haber construido desde siempre es la política de seguridad de abajo hacia arriba. [...] Los problemas que nos ocupan son los que ocurren en nuestras comunidades, nos preocupa que no nos vayan a asaltar ahorita en el transporte público o que llegue a mi casa y ya se hayan metido a robar", indicó a la comunidad educativa de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx).
El especialista expuso que pese al incremento constante de presupuesto para atender esta problemática en México, el número de delitos se mantiene al alza y cuestionó que las facultades cada vez se concentren más en el Poder Ejecutivo federal, toda vez que los delitos de su competencia representan únicamente el cinco por ciento de todos los que se cometen.
"Gastamos más en seguridad pública de lo que gastamos, por ejemplo, en época de pandemia en salud pública. Para este año, el presupuesto solo de Guardia Nacional es de 115 mil millones de pesos para que se den idea de lo que estamos hablando", indicó. Sin embargo, la tasa de homicidios dolosos, como principal indicador comparativo a nivel internacional sobre violencia y delincuencia, prácticamente se ha triplicado desde 1990.
El director de GESEC S.C. señaló que el creciente número de población en los centros penitenciarios también es un indicador de que la estrategia para contener la violencia y la delincuencia ha fallado
Por ello, indicó que parte importante del problema es que el Sistema Penal funciona únicamente cuando hay un delito. "No estamos previniendo que las cosas ocurran. Prevenir es prioritario y fundamental porque de lo que se debe tratar no es de esperar a que el delito ocurra, sino evitar que el delito ocurra y lo que estamos haciendo -en estricto sentido- no es prevención, sino disuasión delictiva".
En este sentido, detalló que los gobiernos han mantenido la misma estrategia de seguridad enfocada en la disuasión más que la prevención a través de patrullajes y el uso de nuevas tecnologías que derivan en la relocalización del delito o bien en el llamado "efecto cucaracha"; así como en una reforma de las policías hacia la proximidad social que tampoco han mostrado resultados.
"Estás suponiendo y haciéndole creer a la población que teniendo policía y más policías les estás mejorando la seguridad, y si construyes más cárceles, más ministerios públicos, más juzgados cívicos y más todo. Pero si vemos los número de cuánto han crecido nos daremos cuenta de que el problema también", enfatizó.
Por otra parte, refirió que la llamada "Guerra contra las drogas" se remonta a la presidencia de Richard Nixon en Estados Unidos y se ha usado como una excusa para la intervención en diversos países; además de que ha servido para los gobiernos como un enemigo identificable que genera violencia y justifica las estrategias de seguridad. "Nos hacen creer que el narcotráfico es el principal problema de seguridad en México, pero cuando uno revisa las estadísticas se da cuenta de que el principal problema no es el narcotráfico; es el homicidio, el secuestro, la extorsión en todas sus modalidades", precisó.
Rodríguez Aranda comentó que el paradigma de la seguridad pública en México está diseñado para resguardar al Estado más que a la ciudadanía debido a las características del régimen político y a que las estructuras de seguridad están atravesadas por el poder.
"Las autoridades han ido olvidando el papel de regular el orden en el espacio público, derivado también de presiones políticas, clientelas políticas", indicó Leopoldo Rodríguez Aranda.
Por todo ello, enfatizó que si bien no hay un sustituto perfecto para el actual paradigma de seguridad pública; se puede partir de la prevención a través de la política de desarrollo social, recuperación del espacio público, la transformación de policías reactivas a preventivas, todo ello encaminado a generar sociedades resilientes y con cohesión social.
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