Para el Dr. Gabriel Durán Romero,
supervisor de epidemiología de la jefatura de prestaciones médicas en el
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), esto ha significado incrementar su
cuidado personal al realizar su trabajo y al estar en contacto con sus dos
hijos y esposa.
En medio de lo complicado de esta situación
reconoce una oportunidad para refrendar su compromiso con la sociedad y, en lo
personal, para revalorar su calidad humana que requiere socializar y todo lo
que ello implica.
Por otra parte, le preocupa que no se sigan
las indicaciones emitidas por el sector salud; ya que de ello depende el
desarrollo de esta contingencia.
En medio de su labor de supervisión en las unidades médicas, el Dr. Durán Romero brinda unos minutos a Expediente Político.Mx para hablar sobre cómo vive esta contingencia.
“Mi función es supervisar todas las
unidades médicas para verificar cuál es el comportamiento de este padecimiento,
ver que se tenga a todo el plan estratégico, la ruta crítica, capacitar a la
gente para que conozca el comportamiento de este padecimiento, cómo se
previene, qué acciones tienen que hacer cada una de las áreas al interior de la
unidad médica”, indica.
“La intención es que toda la gente que se
involucra en la atención tenga el conocimiento y la herramienta para poder
atender de manera integral a los pacientes que tengan como sospecha este
padecimiento y, sobre todo, que sea oportuno. A nosotros nos sirve la
información que se genera a nivel internacional y nacional sobre este
comportamiento, la intención es que todas las acciones vayan enfocadas a un
plan de respuesta institucional, que todo se alinee a las indicaciones que
vienen del nivel central.”
¿Cómo ha impactado esta contingencia el
desarrollo de su trabajo como lo realizaba anteriormente?
Se modifica un poco el quehacer diario,
como es una emergencia sanitaria internacional, amerita una atención inmediata,
de tal forma que se debe contar con los recursos, con los insumos, con la
capacitación, con toda la gama de acciones que se realizan al interior de la
institución para identificar oportunamente un caso sospechoso, dar seguimiento
a los contactos, a las muestras, prevenir la aparición de casos al interior de
la unidad, emitir recomendaciones a la sociedad para que prevengan estas
enfermedades y, sobre todo, hacer hincapié a las recomendaciones precisas que
se emiten a nivel nacional e internacional.
El Dr. Gabriel Durán destaca el compromiso
del IMSS para garantizar la salud de los derechohabientes, trabajar
organizadamente y en conjunto para que toda persona que acuda a las unidades
médicas guarde la sana distancia y evitar así, riesgos de contagio.
Esta emergencia también ha impactado su
vida personal, pues le ha absorbido tiempo, sin que esto signifique dejarla a
un lado. “Tengo dos hijos maravillosos a los que trato de dar tiempo de
calidad, aunque sea menor que en los meses anteriores. Trato de disfrutarlo lo
más que puedo.
Esta epidemia nos ha enseñado muchísimas
cosas. Una de ésas es que debemos recordar que somos seres sociales que
necesitamos comunicar, que necesitamos expresar, que sentimos, que sufrimos,
que somos un ser humano en toda la extensión de la palabra y cuando empezamos a
emitir una recomendación, en cuanto a asilamiento social voluntario, la sana
distancia, el saludo a distancia, estornudo de cortesía; nos pega en el contacto
con la gente.”
Por ello, sugiere aprovechar el tiempo y
fortalecer los lazos con los seres queridos; incluso si por ahora no pueden
estar cerca, la tecnología es una buena opción. También para apapacharse,
alimentar sanamente y retomar el cuidado personal. “Cuando se tiene una
actividad laboral, los tiempos son más cortos para todas las actividades y deja
uno de lado la convivencia con la familia.
Hay que recordar que muchos de los problemas sociales que existen en nuestro país y en el mundo se originan en el seno familiar, por eso he mencionado que hay que aprovechar realmente este tiempo para encontrarse con nosotros mismos, con la familia y la sociedad y realmente nos sirva de análisis sobre qué queremos hacer y cómo lo que hacemos afecta nuestras vidas. Si nos focalizamos en prevenir e invertir en salud, tendremos mejor calidad de vida como personas, como familia y como sociedad.”
¿Cómo vive con su familia este proceso?
“Aunque me es difícil estar con mis hijos o
con mi esposa, hemos aprendido a valorar lo que tenemos, lo que hacemos y sobre
todo el poco tiempo disponible, aprender a hacerlo de calidad que es lo más
importante porque a veces, aunque tengamos todo el tiempo del mundo, no damos
tiempo de calidad. Lamentablemente, cuando no estamos en casa, muchos de los
valores se pierden y es necesario recordar que lo que aprendemos de niños nos
marca para toda la vida, es importante invertir en ellos.”
El supervisor de epidemiología resalta que
quienes pueden estar en aislamiento social voluntario tienen una oportunidad de
redimensionarlo y pasar un rato agradable con la familia, realizar actividades
como bailar, pintar o idear formas de pasar el tiempo.
“Realmente ésta es una gran oportunidad,
hay que visualizarlo así. De no hacerlo, si no estamos preparados para
descansar en casa o para hacer otras actividades puede haber cuadros depresivos
y eso fomenta el consumo de cigarrillos, de alcohol o de alguna droga. Hay
personas que pueden empezar con problemas emocionales de otro tipo.”
¿Le preocupa continuar con su trabajo en
medio de la contingencia?
“No, fíjese que no, al contrario. En lo personal, encuentro la verdadera dimensión de la responsabilidad personal y para la institución a la que pertenezco. Uno aprende a que tiene que dar mucho por los demás y que los demás también tienen que dar un poquito para su salud. Como profesionales de salud, tenemos que dar todo lo que está a nuestro alcance y dentro de nuestras capacidades en beneficio de nuestros derechohabientes. Eso lo tenemos muy claro todos. He visto en todas nuestras unidades, que tanto el personal directivo como operativo entrega el corazón a pesar de tener otras responsabilidades personales y profesionales. Eso es digno de reconocer. Como jefatura nos alienta para seguir trabajando de manera conjunta para poder contrarrestar el efecto de esta pandemia que aqueja a nuestra sociedad.”
Usted, ¿cómo se cuida?
“Nuestra formación académica nos ayuda
mucho a implementar acciones de prevención. Por ejemplo, cuando estoy
trabajando salgo a diferentes unidades médicas y me expongo a una gran cantidad
de riesgos; por ello, el uso de cubrebocas, ya que no sabemos qué gente está
enferma, nuestra bata y nuestro gafete que nos identifica como servidor público
de una institución.
Igual cuando regreso a casa. Mis hijos
están allá, los saludos de lejos. Me voy a cambiar la ropa, a darme un baño y
entonces ya puedo saludar a mis hijos, abrazarlos, besarlos, estamos pasando un
rato muy grato. Creo que es una medida de seguridad y tenemos que aprenderlo
día a día.
Esta epidemia, como cada problema que
existe a nivel internacional, nos enseña algo bueno. A pesar de que son pocos
los tiempos que tenemos con la familia, tenemos que dar tiempo de calidad y eso
es importante para fortalecer esa relación de familia.”
¿Cómo es estar en una unidad donde se
atiende a pacientes con Covid-19?
“A pesar de nuestra formación académica,
siempre tenemos que actualizarnos para atender un padecimiento en especial y,
en este caso, una de las estrategias de la institución es invertir en la
capacitación para nuestros trabajadores. Por ello, el personal que les atiende
tiene esa sensibilidad.
Cada paciente es diferente; algunos lo
toman de una forma muy madura y consciente de su situación. Hay algunos que se
resisten y que no aceptan tan fácilmente. Es normal esa situación porque nadie
está preparado para enfermar, pero creo que mucho tiene que ver ese liderazgo
que existe en las unidades médicas. Ese guía que acompaña e integra a su equipo
de trabajo, de tal modo que pueden dar una atención segura.
El personal de salud también es vulnerable
al cansancio, a la fatiga, es un trabajo muy intenso. Nosotros como país y
sociedad no estábamos preparados para esto, pero nos estamos reorganizando para
atender de manera puntual a la población que requiera atención por Covid-19.
Al igual que todas las instituciones del
sector salud, estamos trabajando arduamente para que nuestro personal esté
capacitado y esté listo para todas las acciones que se requieren: diagnosticar,
tratar oportunamente y evitar complicaciones propias de esta enfermedad.
Hay cosas que no dependen de nosotros, sino
de la sociedad: que se hagan responsables de sí mismos, que tengan esa voluntad
de seguir las recomendaciones que se hacen de manera oficial para tener un
espacio seguro y prevenir esta enfermedad. Cuando no es así, se exponen a una
serie de riesgos.
Cuando no se toma de manera madura y responsable, culpan a otras personas o profesionales de su salud, cuando en realidad los responsables somos cada uno de nosotros como integrantes de una sociedad.”
Como profesional de la salud, ¿qué le
preocupa de esta contingencia?
“Lo que me preocupa es que nuestra sociedad
necesita fortalecer el autocuidado, necesitamos ser más sensibles a las
recomendaciones que se emiten de manera oficial porque es la forma más segura
de prevenir enfermedades. Lamentablemente, existen en las redes sociales una
gran gama de información que lejos de ser segura, pone en riesgo a la sociedad.
Tomamos malas decisiones como seres sociales y eso repercute.
Por ejemplo, si se recomienda la sana
distancia o de evitar lugares concurridos es porque existe el riesgo de que
haya una persona contagiada por Covid-19 y es peligroso que sigamos haciendo
reuniones masivas sin dimensionar todo lo que implica esta actividad.
Necesitamos ser más conscientes de nuestra seguridad, de nuestra salud. El
estilo de vida es donde debemos trabajar y si nos dejamos guiar por el sector
salud, por todas las recomendaciones que se hacen de manera oficial, podremos
mejorar la salud y evitar casos de Covid-19 que pueden llegar a tener un
desenlace fatal para personas de la tercera edad o con comorbilidades.”
¿Qué significa para usted participar en la
atención de esta epidemia?
“Es un privilegio para mí y no es porque
pueda gozar del dolor ajeno, sino porque puedo ayudar y contribuir un poquito a
que la sociedad mejore su calidad de vida. Es necesario entender que somos
vulnerables todos en cualquier momento, tanto para enfermar como para
complicarnos.
Como personal de salud también somos
vulnerables, somos igualitos que cualquier ser humano, ni más ni menos. Tenemos
riesgos inherentes a la profesión; a pesar de eso, lo hacemos con muchísimo
gusto, con mucha entrega y no es porque sea mi profesión o por la institución,
sino que tenemos el privilegio de acompañar de guiar, educar, reeducar a una
sociedad; pero tenemos que trabajar de manera conjunta porque solos no podemos
contra toda la gama de riesgos que existen en este planeta. Como sector tenemos
que hacer lo propio en beneficio de la sociedad, pero ella también tiene que
tomar su responsabilidad. Si trabajamos así, podemos enfrentar muchísimos
riesgos sin tantas complicaciones.
Por último, quiero invitar a la sociedad a
que sigan las recomendaciones que se hacen de manera puntual por parte del
sector salud y, sobre todo, de manera oficial. Creo que, si las seguimos de
manera puntual y con la información que se tiene, podremos prevenir muchas
cosas.
Esas recomendaciones se hacen con base en
un análisis muy puntual del comportamiento de las enfermedades y los expertos
en la materia las emiten para prevenir riesgos, que la gente esté en un espacio
más seguro: su domicilio.
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