Texto: Sixto Ipatzi Pérez
Fotos: Zurya Escamilla Díaz
(Tlaxcala, Tlax., 2 de septiembre de 2018) El nacimiento de leones blancos en el estado de Tlaxcala es un caso inédito en el país. Esta especie, como otras tantas, está en peligro de extinción, su hábitat natural se encuentro en Sudáfrica.
Fotos: Zurya Escamilla Díaz
(Tlaxcala, Tlax., 2 de septiembre de 2018) El nacimiento de leones blancos en el estado de Tlaxcala es un caso inédito en el país. Esta especie, como otras tantas, está en peligro de extinción, su hábitat natural se encuentro en Sudáfrica.
La llegada en 2015 de un par de leones blancos macho y hembra de seis años de edad causó gran impacto a los visitantes del zoológico de Tlaxcala. La hembra recibió el nombre de Mextli que en lengua náhuatl quiere decir “noche” y el macho: Tonatiuh quien fuera “el dios del sol” para la cultura mesoamericana. En octubre de 2017 Mextli y Tonatiuh se convirtieron en padres de un bello cachorrito.
A través de una convocatoria de la Coordinación de Ecología Estatal, se realizó en febrero de este año un concurso infantil para elegir el nombre del pequeño leoncito, quien después del veredicto de los jueces recibió el nombre de “Xonotli”. El público expresaba su admiración por el nacimiento de este león blanco por considerarlo una maravilla de la naturaleza y un privilegio para Tlaxcala, tomando en cuenta que el hábitat natural de esta especie animal es muy especial pero en esta tierra del Altiplano central no les fue difícil su adaptación, convirtiendo a Tlaxcala en un Santuario de la Panthera Leo Krugeri, es decir, de Leones Blancos, que en otros tiempos fuera un pueblo de guerreros.
Aún no terminaba la alegría que trajo Xonotli a Tlaxcala cuando se dio a conocer el nacimiento de sus hermanos gemelos en marzo del presente año. La noticia de este nacimiento se dio a conocer una vez concluido el pasado proceso electoral y ahora se esperan los nuevos nombres de ambos cachorros.
El espacio donde se encuentra el Zoológico de Tlaxcala en otros tiempos era parte del Rancho la Aguanaja, perteneciente a Apetatitlán. Ese lugar me ha hecho recordar una plática que tuve el año pasado con el arquitecto Donaciano Blanco Flores ex presidente municipal de Chiautempan, quien me comentó que el señor Salvador Mercado, procedente del norte de nuestro país compró ese rancho; la parte donde se ubica ahora el zoológico la destinó para su viñedo, algo inusual en el estado.
El arquitecto sabía que ese viñedo era el único que había en Tlaxcala y el señor Mercado logró hacer con su producción vino tinto de la más exquisita calidad. Para que sus cosechas se lograran dispersaba las nubes echando cohetes porque ese fruto es muy delicado y el exceso de agua arruina las viñas. Mientras que al señor Mercado le iba bien en la cosecha de uvas, a los campesinos de la región les iba mal en la cosecha de maíz porque el agua que es muy necesaria para la milpa, era ahuyentada por los cohetes.
Esto ocasionó que un día los campesinos se organizaran para ir a voltearle las barricas de vino que el señor Mercado tenía en el subterráneo de su casa, situación que lo desmotivó para seguir con sus cultivos. De las barricas que le quedaron regaló cuatro al señor Jorge Sánchez, dueño de la fábrica San Jorge, ubicada en lo que actualmente es la Colonia Industrial, en la ciudad de Santa Ana Chiautempan. Eran 1200 litros aproximadamente los que contenían esas cuatro barricas que Don Jorge guardaba atrás de su fábrica, por donde tenía sus caballos de raza Azteca.
En ese lugar se daban cita “los veinte y pico”, que era un club de amigos al que pertenecía don Jorge y encabezaba el arquitecto Donaciano. Continuamente “los veinte y pico” hacían sus tertulias en ese lugar para deleitarse del vino tinto del señor Mercado y de paso contemplaban a los finos caballos de Don Jorge. Ese gusto les duró hasta que se acabaron las barricas de vino.
Recientemente el señor Aarón Ipatzi, oriundo del barrio de Texcacoac, también comentó que cuando estudiaba en la Academia Comercial Martínez de la ciudad de Santa Ana, él y varios de sus compañeros acostumbraban a ir a comer uvas al Rancho la Aguanaja, pero ese lugar estaba muy custodiado por los guardianes del lugar, quienes disparaban sus pistolas para ahuyentar a los jóvenes.
Algo que me llama la atención es que en Belén Atzitzimititlán cerca del zoológico existe un clima propicio para el cultivo de las mejores y más bellas orquídeas que se puedan producir en el estado. Esta visión sobre el entorno natural y la historia que guarda esa zona me hace pensar que tiene mucho de especial la ubicación de nuestro zoológico tlaxcalteca.
Por mi mente pasan imágenes del Río Zahuapan, las orquídeas de Belén, los leones blancos, los cuatro antiguos señoríos ubicados cerca de ahí rumbo al poniente y después ¿que otro secreto nos estará guardando la naturaleza por ese lugar?
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