Zurya Escamilla Díaz (Tlaxcala, 14 de mayo de 2024) La violencia política contra las mujeres en razón de género es el mayor reto para las candidatas durante el Proceso Electoral Concurrente 2023-2024, comenta la periodista y politóloga Gabriela Vargas Gómez; quien considera que el clima de polarización que ha permeado desde la elección a presidencia y hasta los municipios abona a ataques contra los derechos político-electorales de las mujeres.
A propósito, la experta comenta que, dadas las reformas en materia de paridad de género en la postulación de candidaturas, más mujeres han ido a la contienda y con ello “también han crecido las resistencias a la presencia de las mujeres que se han manifestado con distintas afectaciones a su participación en la política que van desde las denostaciones hasta las amenazas a su integridad y, en peor de los casos, hasta asesinatos”.
A la fecha, el Registro Nacional de Personas Sancionadas (RNPS) del Instituto Nacional Electoral (INE) reporta que 344 personas han sido sancionadas por este motivo, 79.6% ciento de ellas son hombres y 20.4% son mujeres; con Oaxaca como el estado con mayor incidencia de casos, 142; seguido de Veracruz (46), Tabasco (33) y Chiapas (21).
La falta de conocimiento de sus derechos político-electorales deriva en que las candidatas lleguen a campaña con poca información e incluso algunas sin desear participar, pero impulsadas por varones que no tienen la posibilidad de hacerlo. “Hay mujeres que están ahí sin desear estar y aunque a eso también es violencia política por razón de género, ellas no lo logran identificar, pero culturalmente no tienen el valor de manifestarse en contra de ello”.
Hablas sobre la violencia al interior de los partidos, si bien hay normas en materia de paridad para evitar que las candidatas sean postuladas en demarcaciones de baja competitividad, ¿crees que han abonado a garantizar este principio y a frenar la violencia política?
Sí han abonado a la paridad porque tanto el INE como los organismos electorales locales tienen mecanismos para verificar que las mujeres también se han postuladas por distritos donde tienen posibilidad de ganar y de posicionarse políticamente. Sin embargo, a la par esa posibilidad de ser triunfadoras y ganar, les generan animadversión con sus compañeros de partido que estaban quizá postulando para ese distrito, para esa región, para ese municipio y por supuesto que se ven amedrentadas; algunas de manera menos gravosa y otras más.
Lo cierto es que esas mayores posibilidades de triunfo, de ganar, de presencia, de injerencia, de incidencia en la política en consecuencia les ha traído mayor animadversión de sus colegas de la clase política que se sienten desplazados por ellas.
¿De quién viene con mayor frecuencia la violencia?
En su informe de marzo, el INE daba cuenta en su informe de marzo que la violencia política por razón de género se está acentuando en las redes sociales. De 28 casos documentados que tienen marzo, el 88%, o sea 24 casos, han sido por violencia ejercida en las redes sociales y este es un fenómeno que se está dando a nivel mundial.
Sí, la violencia digital en contra de las mujeres y en nuestro caso particular cuando tenemos un proceso electoral se acentúa con denotaciones sexistas, se denigra su imagen, su físico, se hacen expresiones de mal gusto, se cuestiona su capacidad, se cuestiona si deberían estar ocupando ese lugar y el anonimato que permite a los usuarios de las redes sociales manifestarse y estas expresiones son mucho más virulenta.
También es más agresiva desde el anonimato, es irónica, es de burla, es realmente dañina a ala estima de las candidatas, pero también el potencial en expandirse también hace mucho más grave este tipo de violencia.
¿Hay forma de que autoridades, medios o las empresas de redes sociales incidan en frenar estos discursos?
Se están haciendo los primeros ejercicios, grandes empresas como Meta, Facebook, X, los grandes corporativos están firmando convenios con autoridades electorales en aras de identificar estos discursos de odio; lo cierto es que insistiré en que si bien logran identificarse y eventualmente bajarse, tratando de ser oportunos.
Entonces, en el espacio digital el ataque es muy vertiginoso, es fugaz, pero es certero; por eso, a pesar de estos intentos que son loables, se reconoce que ya estén trabajando estos corporativos con los órganos electorales, también hace falta mucha conciencia social de los usuarios digitales, porque no todo lo resuelven los corporativos, también tenemos que hacernos cargo la ciudadanía de fomentar esa virulencia, esa agresión y esa violencia contra mujeres.
Si como comentas hay un entramado legal robusto, ¿qué falta para hacer efectivo el acceso a la justicia?
Necesitamos dar confianza a quienes sufren este tipo de violencias de presentar una denuncia, tendríamos que tener un sistema de impartición de justicia mucho más confiable porque los mexicanos y las mexicanas no queremos ir a denunciar, nos da más miedo denunciar que el delito que se cometió.
¿Cuál consideras que será el reto pasando el proceso electoral?
Desde ahorita, el reto que tenemos es no sumar -como usuarios digitales- a esas campañas de odio porque estamos en un clima polarizado y toda polarización social, electoral conlleva a ataques muy violentos y virulentos, más en las redes sociales. Sí hay que comentar las campañas, las plataformas políticas, escuchar a las candidatas, no solo verlas, creo que merecen dar a conocer su plataforma política. Nos puede gustar o no, eso ya es otra cosa y es válido que les digamos: no me convences, no estoy que creyendo esto que propones, pero con respeto.
Las reglas de cortesía, de la urbanidad y del día a día deben de trasladarse a las redes sociales, los principios son los mismos. La libertad de expresión debe estar limitada cuando atacas los derechos de otros y estos otros derechos tienen que ver con la dignidad de todos los que usan las redes sociales, incluyendo candidatas y candidatos.
Junto a la polarización, el tema de la inseguridad está latente en México, ¿incide de alguna manera a este panorama?
Sin duda, por supuesto estamos. Tristemente tenemos el de la candidata Gisela Gaytán en Guanajuato que sabemos es un estado con altos niveles de violencia y donde otras candidatas se han quejado en ese mismo estado que están muy expuestas y amenazadas.
También en el estado de Nuevo León hace unos días Linda Padilla renunció a su cargo abiertamente porque fue acribillado su auto de campaña, donde sabemos que la delincuencia está fuerte; pero Zacatecas es un caso que ahorita nos tiene sorprendidos por 217 candidatas renunciaron.
El secretario general de gobierno dijo que ninguna fue por violencia, pero de acuerdo con las consejeras electorales del INE, como hay unas encuestas que se hacen de manera anónima, muchas de ellas dijeron que renunciaban por la inseguridad, porque se sentían amenazadas, porque se sentían intimidadas. De modo que el tema de la seguridad sí se evidenció en los cuestionarios anónimos.
Ya para concluir, ¿cuáles son los principales obstáculos para las mujeres que sufren violencia para acceder a la justicia?
El mayor reto no está en las urnas, ojalá nuestro reto estuviera en las urnas, en una campaña, en la competencia electoral; pero no, el mayor reto desafortunadamente está en una situación más grave: que las mujeres puedan hacer en condiciones de seguridad a campañas electorales. Es decir, ya ni discutimos si les roban votos o no, ésa no es la discusión cuando hablamos de cosas tan graves como amenazas a su integridad o la de su familia.
No hay autoridad que las proteja, no hay protocolo suficiente que las proteja y quiero cerrar porque el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación acaba de anunciar una Defensoría Electoral para asesorar a estas mujeres y es bien importante que lo que se comuniquen a defensoriaelectoral-mujeres@te.gob.mx
Empoderamos ciudadanía a través de la información.
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