Zurya Escamilla Díaz (Tlaxcala, 22 de febrero de 2023) Lídice Rincón Gallardo, presidenta de la Fundación Gilberto Rincón Gallardo, explicó que el grupo social que es más susceptible a vivir alguna forma de violencia y con más frecuencia de tipo sexual son los menores de edad con discapacidad.
Esta mañana, la fundación y Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) firmaron un convenio de colaboración con la finalidad de impulsar proyectos conjuntos que ayuden a fomentar la conciencia social. Al respecto, la presidenta del organismo autónomo, Jakqueline Ordóñez Brasdefer, destacó que a través de actividades académicas, coloquios, seminarios, talleres y cursos que impartirá la organización trabajar en torno a la cultura de derechos humanos en la entidad.
Tras el acto protocolario, Rincón Gallardo afirmó que a la sociedad le falta desarrollar la capacidad de mirarnos en forma más generosa y respetuosa con reconocimiento de las diferencias de cada persona, a fin de impulsar la inclusión en los diferentes sectores.
Señaló que a pesar de la reforma a la Constitución Federal de 2001 en la que se reconoció el derecho a la no discriminación, esta práctica se encuentra naturalizada en la sociedad y se manifiesta a través de diferentes formas de violencia.
La especialista detalló que existen dos grandes grupos de violencia: la clásica en la que se ubica la mayor parte de acciones que realizan los individuos, y la estructural que se relaciona con la privación de derechos fundamentales por parte del Estado y/o el sistema social, situación que termina por favorecer la existencia de otro tipo de violencias.
Como parte de ésta, se refirió a la "violencia por alienación" que se manifiesta al anular la voluntad de otras personas, excluye a grupos e individuos de la toma de decisiones que les afectan directamente. Ejemplo de ello, es el adultocentrismo que persiste en las familias y que se puede eliminar con la democratización de estos espacios.
Lídice Rincón Gallardo abundó que esta violencia por alienación que las mujeres que son víctimas de violencia se encuentran inmersas en un círculo que daña su autoestima, las bloquea, las sume en el miedo y las aísla; por ello es importante que la procuración de justicia trabaje para erradicar prácticas que derivan en violencia institucional y los poderes judiciales eliminen la justicia patriarcal que impide contar con alternativas para salir de ese ciclo.
Asimismo, refirió que los medios de comunicación persisten en replicar estereotipos de género y normalizan la violencia hacia diferentes sectores de la sociedad; al mismo tiempo que normalizan violencia criminal como el narcotráfico.
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