Karen Sharon Martínez Velázquez. (Tlaxcala) En medio de un contexto tan violento para las mujeres, donde las cifras de feminicidios van en aumento y donde la transición política pareciera que no termina de asentarse, que no termina de conocer a fondo las condiciones en las que el país se encontraba, me pregunto si es verdad que estamos ante un gobierno progresista, frente a un gobierno de izquierda.
Y es que, aunque sí es verdad, lleva poco tiempo Andrés Manuel representando a las y los mexicanos la verdad pareciera que su tibieza de declaraciones en temas tan importantes como los derechos innegables de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, o sobre las siempre ineficaces Alertas por Violencia de Género, es más una estrategia política que, como él mismo expresa, busca no dividir que el mero interés de unidad, ¿dividir qué?
En una sociedad ya de por si polarizada, pareciera que se refiere a no dividir los votos del 2021 y lograr afianzar la prometida 4T. Las mujeres seguimos esperando que él haga un pronunciamiento claro de su postura frente a los temas que nos competen y después más allá de pronunciamientos informativos en las mañaneras, acciones contundentes en congruencia con el gobierno progresista que dice ser. Pero bueno eso no termina ahí.
En Tlaxcala a partir del cambio de gobierno federal se han podido apreciar algunos intentos de simulaciones a favor de los derechos de las mujeres. Por ejemplo, vimos al diputado Covarrubias proponer la despenalización del aborto en Tlaxcala, para después no darle seguimiento alguno, vimos también llevarse a cabo “foros de discusión del principio de progresividad en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres” que no eran más que exposiciones de siete minutos de las perspectivas de muchas organizaciones y actores “involucrados”; es decir, una burda simulación de foro como cuando en la escuela nos pasaban a exponer por equipos y no había más objetivo en ello que pasar lista, hablar e irse.
Así tal cual los foros, que son todo menos espacios de diálogo, donde ni siquiera las personas que se encontraban en el presídium prestaban atención a lo expuesto por las y los compañeros que ahí se expresaron. También vimos recientemente un informe escueto sobre lo que Secretaría de Gobierno ha hecho frente a la Alerta por Violencia de Género en Tlaxcala, espacio donde no se encontraban por cierto NINGUNA de las dos organizaciones solicitantes de esta en años anteriores ¿por qué? ¿Será que es solo una mera simulación para reunir requisitos y seguir en los espacios de toma de decisiones? Y podemos seguir con la lista interminable de “acciones” institucionales para erradicar la violencia de género en Tlaxcala. ¡Basta! ¡Dejen de simular! Y es que en este punto ya no se sabe si es ignorancia, simulación o una vil desconexión con las realidades.
Cuando hablan de paridad de género, muchas veces la piensan como cuota de cupo meramente biológica, y poco se toma en cuenta lo cognoscente. Poco vemos reflejado en esa paridad una representación de ideas de las mujeres también porque las mujeres de la paridad, no se encuentran en espacios de toma de decisiones. No se ha entendido que en ese sentido lo que se quiere no es inclusión al sistema de por si patriarcal y con otras prioridades para no dividir, se quiere una revolución en su sentido clásico, un cambio estructural que requiera otros valores para funcionar y donde la simulación no quepa. No competitivo, solidario, no individual, en comunidad y con características de demandas propias.
El sistema institucional poco propone y ha convertido las formas de hacer política en un mero espectáculo, que termina cuando se retiran del cargo, pero vienen otras y otros a seguirlo. Realmente son contaditos las y los diputados que realmente se han comprometido. ¿dije diputados? Naaaah, no es cierto. Las diputadas comprometidas son pocas.
Pero ¿saben en donde si encontramos propuestas? ¿dónde se encuentran fuerza, esperanza y una política concreta de acciones, saberes y soluciones? La he encontrado en mis compañeras y compañeros de la sociedad civil, la institucionalizada (asociaciones civiles) y las vecinas y vecinos que hartos de un contexto decadente suma esfuerzo, entusiasmo y mucho trabajo para crear cosas maravillosas.
En mis compañeras y compañeros del Fray Julián Garcés A. C, que de manera decidida defienden e investigan respecto a la contaminación del río Atoyac y sobre la trata de personas. Sin quitar el dedo del renglón sin abandonar las comunidades y haciendo un verdadero trabajo ético y profesional que no abandona lo humano. En el ddser Tlaxcala que aprovecha el espacio jurídico en Tlaxcala para acompañar e informar a la comunidad respecto a los derechos y libertades de la salud reproductiva y con sus informes anuales cuestionan las acciones de simulación del gobierno, como el Fray también. En Matria Tlaxcala donde mis hermanas acompañan la decisión de la interrupción del embarazo desde abajo, desde las comunidades y que en sus integrantes encuentro congruencia entre el hacer y el pensar, que bello es saber que existen estas mujeres, que ponen el cuerpo y el tiempo por nosotras las otras.
Desde luego en el Albergue la Sagrada Familia de Apizaco, quienes con, sin y a pesar de las instituciones representan un faro para quienes se encuentran en situación de tránsito y quienes, a pesar de todos los discursos de odio desde diferentes trincheras, siguen en pie ¿saben por qué? Porque también es la comunidad quienes la sostienen cuando el embate es muy fuerte. El Colectivo Mujer y Utopía que tiene una incidencia increíble con las mujeres víctimas de violencia, Cdhut A.C que desde lo jurídico también apoya a diversas causas y quienes en primer lugar trazan un andar comunitario con el bello espiral purpura, las niñas de Tlaxcala pueden disfrutar en sus comunidades de distintos talleres que les informan y les muestran que otro mundo es posible.
De los académicos y las académicas más comprometidas, de las manos que siempre donan y ayudan, de las mujeres que asisten a los talleres, a las mesas y que reflexionan con nosotros y proponen, de las niñas que nos muestran valentía y realidades distintas y que nos cuestionan todo. De las mujeres donde juntas nos cuidamos que sin juicio ni prejuicio llegan sin dudar cuando una compañera pide ayuda, también poniendo el cuerpo, pero sobre todo tejiendo una red irrompible.
La rebelión es pues desde el cotidiano, la rebelión no se encuentra solo en las plazas, esas son expresiones de visibilización de demandas. La rebelión es en el cotidiano, en la oficina, en la escuela, en el autobús. Esta organización cotidiana de la vida en torno a distribución de tareas, tiempo, ganancias debe rebasar los límites sobre lo que el Estado solo simula. Toda propuesta de legislaciones no tiene absolutamente ninguna solución de fondo, ¿qué es una alerta de género? ¿Qué es la paridad de género?
Las soluciones reales de incidencia en la sociedad provienen de la misma sociedad. A lo que me refiero con Política concreta es a esa atención de mujeres todos los días sin condición no porque es un trabajo que está de moda y me colocará en la noticia del día en algún periódico o porque es una forma de hacer campaña prematura, ¡NO! La política concreta surge de la necesidad que atravesamos todos los días en la calle y de la práctica diaria de resistencia cuando llegamos sanas y salvas a casa y nos preocupamos porque nuestras compañeras lo hagan también y cuestionamos ¿por qué?
Cuando -como las compañeras y compañeros de las Asociaciones antes mencionadas- nos convertimos en Fábricas de producción de justicia. ¡Bendita sea la única política efectiva, la que nace de la comunidad que no es indiferente! ¡que viva la comunidad! ¡qué viva la acción comunitaria que no hace distinciones, que es empática, que es humana y sobre todo NUESTRA!
Empoderamos ciudadanía a través de la información.
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