Karen Sharon Martínez Velázquez (Tlaxcala, 13 de agosto de 2019) Los absurdos de
un Estado y de medios de comunicación incompetentes, de esos que si no reciben
dinero por notas que criminalicen las protestas feministas (que tienen todo el
argumento a favor), implican que la misoginia se apodere de sus reporteros y de sus medios. Se
apoderan de nuestro espacio, aspiran a tapar el sol con un dedo. Pero
hay realidades que de pronto, son imposibles de esconder. Pensemos y
reflexionemos el contexto.
México, agosto
2019.
Vivimos
económicamente dependientes a las faldas de Don Trump amenazados por sus
caprichos arancelarios, al son que nos toca… nos hacen bailar. Con los
tres poderes de México respaldando sus caprichos. Endureciendo leyes que
condenan a las personas en situación de tránsito. Lamentable.
Éso es en lo
económico, pero sus efectos sociales permean hasta esferas locales. Sí, insisto
en Apizaco, en su absurdo proceder, poniendo mallas arguyendo cuestiones de
seguridad, ja ja ja ja ¿sabrán de cifras? ¿sabrán cuantas denuncias formales
hay en contra de migrantes? Naaaah ¡que van a saber! De saberlas no se
expresarían como se expresan y si las saben pues, no las comprenden.
Amparados
en un discurso federal, en uno de seguridad, sabemos comunitariamente de
colonias y de zonas específicas que, SÍ SON INSEGURAS y no he visto al
ayuntamiento colocar mallas en estos espacios, pero bueno, así sus falaces
argumentos que no esconden su xenofobia y afán de protagonismo.
Dejen las
campañas, hagan su trabajo y dejen a otros hacer el suyo, fue la consigna de
más de 15 organizaciones civiles, colectivos, académicas y vecinas dejaron ver
en sus pronunciamientos públicos desde el 9 de agosto. Las personas nos damos
cuenta, la sociedad en general observa y comprende cada vez mejor lo falaz de
sus argumentos, la intolerancia que se esconde en sus actos. La comunidad se fortalece,
la criminalización a la que aspiran aportar se hace endeble. Nos damos cuenta,
observamos. El juicio y argumento del ejecutivo local se cuestiona.
Hablando de
poderes… esos representantes del ejecutivo, esos que son la parte más
inconsciente, los que no respetan, los que no cuidan, los que
traicionan a su clase… los policías, los cerdos violadores que gozan de
la tranquilidad del amparo de un Estado patriarcal.
¿Crees que exagero? ¿Qué
generalizo? ¿qué no todos? ¿sabes? No me importa, porque realmente una cuando
va por la calle no se pregunta, ¿será que este poli es de los que cuidan? ¿será
que es de los que no viola? No, cuando vamos por la calle, todo hombre parece
enemigo, nos inspira desconfianza, miedo, ¿te parece injusto? ¡lo es!
Es bien
injusto caminar por la calle con la vida condicionada, con la vida rota y la
imposibilidad de vestir como quieras, de trasnochar, de hacer ejercicio en
campos abiertos en la madrugada, porque está solo, porque estamos vulnerables
en cualquier espacio.
En la escuela, en la casa, con los policías, en todos
lados, y tú sólo te preocupas por nimiedades, por tu masculinidad o por tu
macho de confianza.
¿Quieres más argumento? Chequemos lo que dijo ONU MUJERES
y sus tendencias hasta el 2014. Sabemos que alrededor de 62 mujeres, sufren
violencia sexual CADA HORA EN MÉXICO, significa que en un día más de 1480
mujeres han sido agredidas.
Y de esas cifras tan hirientes, los violadores han
sido padres, hermanos, amigos, primos tíos, policías. De éstos el 90 por ciento saldrá IMPUNE
de una denuncia penal. ¿te parece paranoia que una madre no deje a su hija
adolescente ir en taxi porque no sabe si al abordar jamás la vuelva a ver? ¿qué
una marcha que exige justicia no es la forma?
Cansadas de
señalamientos a las feministas y a las organizaciones que participamos día con
día en actividades que sanen y que ayuden a tejer una sociedad más armoniosa,
más humana, más respetuosa.
A las asociaciones, personas de la sociedad en
general, los señalamientos misóginos de pseudoreporteros, las amenazas de abrir
expedientes por diamantina y puertas de vidrio, los discursos xenófobos que
alientan a vecinas y vecinos poco informados a pugnar por el cierre de un
albergue, que tratan de tapar la realidad, las cifras y el dolor con una
embestidura cada vez más opaca, más débil, más omisa…. Nos tiene sin cuidado.
Confiamos en el poder infinito de la comunidad protegiéndose a si misma, pero
nos indigna que estas funcionarias y funcionarios vivan de nuestro dinero y con
el mismo nos opriman, nos ignoren, nos señalen y aspiren a criminalizar toda
actividad que lo único que hace es exigir ya no una vida digna, sino UNA VIDA.
¿Qué hacer ante
este panorama? Andar juntas, andar juntos. Así en comunidad.
Queridos lectores, somos invencibles.

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