Wilfrido Gutiérrez Ortiz (Tlaxcala, 20 de agosto de 2019) Desde
hace unas décadas es común en nuestro país oír hablar de políticas públicas, de cuyo tema muchos
creen saber y dominar. Lo mismo escuchamos a funcionarios públicos que a
políticos incluir en sus discursos el llamado a diseñar e implementar políticas
públicas o lo que es aún más grave manifiestan estar implementándolas en cada acción o actividad
que realizan en el ámbito de su quehacer público cotidiano.
Con
el propósito de aclarar esta situación, realizamos una revisión al concepto de
política:
- En efecto, el
concepto de “policy” es tradicionalmente traducido al español como
política, lo que a su vez suele ser interpretado como “politics” (la
actividad política como competencia por el poder) o “polity” (el ámbito
del gobierno de las sociedades o la esfera política distinta de/ en oposición a
la sociedad civil). De esta manera, se confunde el arte de la puja por el poder
(“polítics”) con lo que hoy se conoce como política pública, el arte de
saber qué se hace con el poder una vez este es adquirido (Matamoros, 2013 p.27)
Continuando con esta revisión, encontramos algunos
otros conceptos que conviene conocer:
-Es
universalmente conocido que polis, más allá de sus traducciones inevitables,
pero con frecuencia distorsionadoras, “Estado”, “Ciudad-Estado” o “Ciudad”,
tiene el significado filosófico de comunidad de los hombres libres”. De manera
análoga, politeia es aquello que podríamos llamar el estilo de vida público, en
el ámbito de la polis, de los hombres aptos para el discurso y para la praxis,
los politai (Dal lago, 1990 p. 167).
Ahora
bien pasando al concepto de lo público, nos encontramos con lo siguiente:
-La
idea de espacio público designa un territorio de nuestra vida social donde puede formarse algo así como una opinión
pública. Por lo general, todos los ciudadanos pueden tener acceso a este
territorio. Una parte del espacio público se constituye con cada conversación
entre individuos, cuando abandonan su vida privada y se interesan por cosas
comunes, es decir, públicas (Habermas, 1996, p. 220).
De la misma manera:
-La
palabra “público” significa dos fenómenos estrechamente relacionados. En primer
lugar significa que todo lo que aparece en público puede verlo y oírlo todo el
mundo y tiene la más amplia publicidad posible. La modernidad ha visto
convertirse en público a lo subjetivo, como el amor. En segundo lugar, el
término “público” significa el propio mundo, en cuanto es común a todos
nosotros y diferenciado de nuestro lugar poseído privadamente en él (Arendt,
2009, p. 59)
En el medio académico también ha existido
una serie de interpretaciones acerca de lo que son las políticas públicas,
encontrando incluso una serie de divergencias en cuanto al origen de dicho
término, pero existe un consenso en que el origen de las políticas públicas se
encuentra estrechamente vinculado al aumento cada vez mayor de la intervención
del Estado cada vez más grande en la sociedad, tendencia especialmente
acentuada a partir de la segunda mitad del siglo XX, de la misma manera parece
extenderse ese consenso en cuanto a identificar el origen cronológico y
geográfico de las políticas públicas.
La
raíz del planteamiento surge en los Estado Unidos con las últimas generaciones
de estudiosos. Por ejemplo, en la Ciencia Política prestigiosos especialistas
-fundamentalmente, Harold Lasswell, de la Universidad de Yale- habían señalado,
ya a principios de los años cincuenta, la necesidad de una «orientación de
políticas» en las disciplinas académicas. Que tal orientación sería distinta de
las disciplinas académicas tradicionales, parece ahora tan obvio como entonces.
Estas disciplinas sobreviven sobre paradigmas y conocimientos codificados
desarrollados por especialistas que pretenden una evolución del estadio en que
se encuentran la filosofía, la historia, la economía, la ciencia política, la
sociología y las ciencias biológicas y físicas… También es claro que el
conocimiento disciplinar puro es muy diferente del que surge de la práctica de
las políticas públicas y de su campo de estudio asociado que es la
administración pública (Mc. Gregor, 1989, p. 8).
Es así como que en la búsqueda del
objetivo y hacía dónde deben estar dirigidas las políticas públicas,
encontramos que:
En
contraste, los problemas de las políticas públicas –problemas reales- no nacen
de paradigmas intelectuales. Surgen de situaciones conflictivas del momento que
implican inseguridad colectiva, oportunidad, escasez, dolor y pobreza…el
análisis de las políticas pretende llevar la luz intelectual allí donde están
los problemas, y no redefinir estos para adaptarlos al esquema intelectual
previo. (Mc. Gregor, 1989, p. 9).
Entonces hasta aquí nos parece quedar
claro que las políticas públicas independientemente de cómo sean concebidas
(acción o inacción, acción colectiva intencional, comportamiento gubernamental,
practica social, curso de acción, lógica racional entre otras) deben estar
dirigidas hacia la resolución de problemas por lo tanto y continuando con los
planteamiento de Mc. Gregor, (1989), Los
problemas y las necesidades de la acción deben de algún modo, impregnar el
debate académico (p.9).
BIBLIOGRAFÍA
Aguilar L. (1992),
El estudio de la políticas públicas, México, Edit. Porrúa,
Arendt H. (2009), La
Condición Humana, Argentina, Paidos.
McGregor, Jr. E.
(1989) Orígenes y tendencias del
análisis de las políticas públicas, Madrid, Política y sociedad.
Revista Nexos
(1996) México.
Rivero M., (1990)
Pensar la Política, México. UNAM.
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